En 1997, los científicos de la NASA hicieron algo bastante sorprendente. Por primera vez, utilizaron un robot de ruedas pequeñas para estudiar la superficie de Marte. Este explorador robótico, llamado rover, fue nombrado Sojourner. Sólo tenía el tamaño de un horno de microondas. Sin embargo, pasó a compartir mucha información nueva importante con los científicos.
Sojourner no estaba solo durante su viaje a Marte. Viajó dentro de una nave espacial, un aterrizador. El aterrizador tenía forma de pirámide y estaba cubierto de bolsas de aire. Los airbags ayudaron a que el aterrizador tenga un aterrizaje seguro y lleno de baches. La forma de la pirámide ayudó a asegurar que el aterrizador y el rover pudieran voltearse hacia la derecha, independientemente de cómo aterrizaran. Después de que el aterrizador aterrizó en Marte, un panel se abrió y Sojourner salió para comenzar a explorar.
El rover exploró una zona de Marte cerca de su lugar de aterrizaje llamado Ares Vallis. Los científicos estaban interesados en esta área porque parecía el sitio de una antigua inundación. El agua que corría de una inundación habría movido muchas rocas y suciedad en un solo lugar. Esto significa que el rover podría estudiar un montón de diferentes tipos de rocas sin viajar muy lejos.
A los ingenieros también les gustó el área porque parecía un lugar plano y seguro para Sojourner.
Mientras conducía distancias cortas, utilizó su cámara para tomar fotografías del paisaje marciano. Envió más de 550 fotos del Planeta Rojo. El rover usó instrumentos para estudiar de qué estaban hechas las rocas marcianas y la suciedad. Su lander también recogió información sobre vientos y otros factores meteorológicos en Marte.
De lejos, Marte parece frío, seco y rocoso. Pero las fotos y la información de Sojourner contaban una historia muy diferente. Aprendimos que hace mucho tiempo, Marte solía ser un lugar más cálido y más húmedo.