El invernadero sirve para cultivar plantas, y se lo construye con vidrio o plástico transparente para que deje entrar la luz del sol. Pero, ¿por qué simplemente no se colocan las plantas afuera? El invernadero conserva más el calor que el aire exterior. En lugar de enfriarse por la noche, retiene parte del calor en su interior para mantener las plantas a una temperatura cálida. Aún en invierno, en un día despejado y sin ninguna fuente de calor excepto el sol, el invernadero se mantiene más caliente que el aire exterior. Durante el verano, si un invernadero adquiere demasiada temperatura, el jardinero puede abrir las ventanas y puertas, o tal vez encender un ventilador.
¿La Tierra como invernadero?
Un invernadero es magnífico para cultivar plantas que necesitan calor. Pero, ¿qué sucedería si la atmósfera comenzara a comportarse como un invernadero muy caluroso? No olvidemos que no es posible abrir las ventanas o las puertas de la Tierra para que se enfríe. Si fuera un invernadero cerrado, ¡nuestro planeta pronto se convertiría en un lugar insoportable!
Si ya construiste nuestros modelos de gases de efecto invernadero con pastillas de goma, estarás preguntándote por qué las moléculas se llaman gases de efecto invernadero. La razón es esta: Si la atmósfera contiene demasiados de estos gases, toda la Tierra se convierte en un invernadero cada vez más caliente. La atmósfera conserva demasiado calor por la noche, en lugar de dejarlo salir al espacio. Entonces, al día siguiente, el Sol calienta la superficie de la Tierra todavía más.
Cuando la atmósfera funciona como un invernadero, cada día hace un poco más de calor que el día anterior. No podemos medir este efecto de un día para el otro, ni de un año a otro. Sin embargo, a lo largo de decenas de años, apenas unos pocos grados de calentamiento comienzan a provocar cambios. Por ejemplo, el hielo de las regiones polares comienza a derretirse. Toda esta agua, que antes estaba congelada y ahora es líquida, hace subir el nivel del mar. ¡Las ciudades construidas en la costa podrían algún día quedar bajo el agua!
El aumento de temperatura del agua oceánica afecta el clima en todas partes del mundo. Algunos sitios tienen tormentas más intensas, mientras que en otros apenas llueve. Además, podrían ocurrir muchos otros cambios perjudiciales para los seres humanos y otros seres vivientes.
Nuestros deseos ardientes
Algunos de los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera son producidos por los seres humanos. Cada vez que quemamos algo, como
- gasolina en automóviles y camiones,
- combustible en aviones,
- carbón en fábricas o plantas de energía,
- árboles para despejar la tierra y poder cultivarla,
contaminamos nuestra atmósfera con dióxido de carbono y monóxido de carbono. Si bien el monóxido de carbono no actúa como gas de invernadero, su inhalación es tóxica.
La cría de animales de granja (vacas, cerdos y gallinas, por ejemplo) también contamina la atmósfera con metano producido por el proceso de digestión.
El ozono se forma cuando el Sol calienta el monóxido de carbono un gas producido por los escapes de automóviles y camiones junto con otros compuestos químicos presentes en la atmósfera.
Ozono bueno, ozono malo
En el caso del ozono, todo es cuestión de lugar, lugar y lugar.
Los científicos clasifican la atmósfera en distintas capas, cada una con su propio nombre. La capa más cercana ala superficie de la Tierra, donde vivimos y en la que volamos con aviones, se llama troposfera. Por encima de esa capa se encuentra la estratosfera, que continúa hasta las 30 millas de altura. (Existen tres capas adicionales que también tienen nombres, pero no hablaremos de ellas por el momento).
La radiación ultravioleta del sol causa quemaduras y cáncer de piel. El ozono de la estratosfera nos protege de gran parte de la radiación ultravioleta.
Eso es bueno.
Pero en la parte superior de la troposfera, el ozono actúa como gas de invernadero y contribuye al calentamiento global.
Eso es malo.
En la parte media de la troposfera, el ozono ayuda a limpiar la atmósfera de ciertos agentes contaminantes.
Eso es bueno.
Pero en la atmósfera cercana a la superficie de la Tierra, donde vivimos, el ozono contribuye a la formación de esmog, que es malo para las plantas y los animales, e incluso para nosotros.
Eso es malo.